Amados Hermanos…

Nunca existe otro momento que «Ahora»…


Ahora es el momento de saber y sentir que todos somos hijos del
Profundo, por tanto, son hermanos en el amor de Dios, pero…
¿Verdaderamente se tratan unos a otros como hermanos?


Ahora es el momento de actuar. Os expresáis muy bien y con bellas palabras, pero… ¿Verdaderamente vuestras palabras reflejan vuestras acciones?

Ahora es el momento de ser sinceros con todos, pero en especial con vosotros mismos. Vivir sin caretas, sin máscaras que ocultan vuestro verdadero sentir… ¿Os mostráis verdaderamente como sois o habéis creado un personaje que es de vuestro agrado, pero distinto a la realidad?


Ahora es el momento de perdonar con sinceridad, desde adentro, desde lo más profundo, sin palabras, pero con acciones reales… ¿Os habéis perdonado a sí mismos y a los demás realmente?


Ahora es el momento de servir sin esperar, sin doblegar, sin sentiros superiores o maestros. ¿Verdaderamente dais con amor verdadero o existe algún oculto deseo en vuestro inconsciente?


Ahora es el momento de amar, pero una palabra nunca significa nada carece de la práctica del amor incondicional… ¿Confió en tus hermanos?, ¿actúas, según tus palabras?, ¿soy transparente en mi vida?, ¿perdono sinceramente?, ¿demuestro con acciones reales el amor inmenso y sin medida que el Universo sembró en el tiempo en mi corazón?…


Si ahora no es ese momento para cada uno de vosotros, podríais estar viviendo engañados, engañando y lo que es más triste, viviendo en vano…


Amo, tanto, tanto, que las palabras nunca sirven, es por eso que es necesario remover las fibras más finas y bellas que tenéis en vuestro interior, para que luego de la reacción venga la acción…


Las palabras hermosas son, pero poco sirven si nunca las plasmáis en vuestra manera de vivir, de amar, de relacionarse con los demás…
¿los demás?, en realidad los «demás» nunca existen, porque ellos son vosotros mismos, pero para que lo entendáis debéis vivir en una realidad superior, por ahora, cada quien vive y experimenta una realidad muy propia, muy suya, pero nunca la «real»…


Enciendan una vela, sumérjanse en un baño de pureza, descorran los velos y despierten «ya» del sueño de creer que lo saben todo. Piensen menos y vivencien más. Aclaren sus sentimientos y su mente, desarmen y vuelvan a ordenar las piezas de sus esquemas interiores, una a una, con mucho respeto y profundo amor, sin temores vanos, nunca teman eliminar lo inservible para poder ver el fulgor del diamante maravilloso que habita en vuestros corazones.
Solo en esos momentos, y «ahora» es ese momento, habrán alcanzado la conquista de sí mismos y esta conquista maravillosa, se expandirá de forma milagrosa y amorosa hacia toda la humanidad…

Un abrazo fuerte, con profunda Paz, Luz y Amor…

LOS MAESTROS

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